Plaza casi llena en la cuarta corrida de abono en Manizales con tarde calurosa y sin viento.
Se lidiaron reses del hierro de “Las Ventas del Espíritu Santo”, desiguales en presentación y con diverso comportamiento y poco castigados en varas.
Juan Solanilla (Recibió la alternativa): Saludo y oreja
“El Juli”: Oreja y dos orejas
Sebastián Castella: Dos orejas simbólicas por indulto y oreja.
Anteponiendo cualquier análisis, hay que decir que la corrida fue castigada muy poco en varas, situación preocupante ya que los toros llegan al peto de los jamelgos y se les aplica apenas un refilonazo con el que de inmediato se pide el cambio de tercio.
Juan Solanilla matador de toros número 158 en Colombia, tuvo en el de su alternativa un toro noble con bondad y poca fuerza, al que trasteo de manera aseada por ambos pitones rematando la faena con ajustadas bernadinas. Una pena los dos pinchazos que antecedieron la buena estocada. Su segundo, toro manso y refugiado en los tableros, planteo muchas complicaciones pero el torero de manera digna, sorteo el impase con solvencia y en los terrenos que pidió el astado. Estocada arriba.
“El Juli”, aplicó en sus dos cornúpetas la técnica y el valor. Al primero, descastado y noble le dejó siempre la muleta en la cara para tirar de él. Media estocada fue suficiente. En el segundo, manso, remiso en la mayoría de las ocasiones a embestir, la técnica la combinó con el valor y se pegó un arrimón monumental, consiguiendo estocada hasta las cintas.
Sebastián Castella con el mejor toro de la jornada, de nombre “Detenido” marcado con el número 511 con 442 kilos de peso, bueno, fijo, con clase en la embestida y bravo, practicó su estilo de toreo al punto de pedirse unánimemente el indulto del animal que sin dudar un instante fue concedido por el palco de usía. El otro tuvo una condición de mansedumbre que a base de porfía, exponiendo mucho su humanidad, le dio la réplica a “El Juli”, arrimándose también de manera temeraria y valiente. Lamentablemente la espada cayó baja.
Fue un verdadero duelo de titanes que arrancaron las orejas con su actitud, valor, voluntad, porfía y decisión.
Crónica de Néstor Giraldo.
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