Qué buena tarde se ha vivido en la segunda del abono caleño, fueron tres orejas cortadas a ley por el madrileño y gran figura del toreo, Julián López “El Juli”. Pero no podemos dejar atrás la gran faena de Diego González en el primero de la tarde, momento en el que se produjeron los pases de más profundidad y más clásicos de la tarde.
Se esperaba mucho del encierro de Don Ernesto González Caicedo, pero no cumplió a cabalidad con las expectativas de los asistentes; se abona la nobleza de la mayoría del encierro pero acusaron falta de motor y picante para embestir. Todos en el tipo del encaste Santacoloma, cumpliendo con la presentación fenotípica.
Diego González es definitivamente el torero más artista y clásico con el que cuenta Colombia, pases con sentimiento, plasticidad, dulzura y sapiencia; fueron los que compusieron la faena del primer ejemplar de la corrida que pesaba 548 Kilos y recibía el nombre de Regalado. El torero caleño siendo conocedor de la dificultad que le costaba al ejemplar embestir por su elevado peso, lo toreó con clase y acariciando las virtudes del astado; pero como no todo lo que brilla es oro, nuevamente González falló con el estoque y perdió las orejas.
Con el segundo de su lote el vallecaucano perdió el total interés en el toro al verlo inicialmente con una cojera que más tarde se corrigió cuando estuvo en movimiento constante y además también molestó un pequeño defecto visual del ejemplar; a pesar de sus dificultades, las capacidades del toro se hubieran podido explotar más, si Diego lo torea con mayor decisión y entrega.
El éxtasis de la tarde, llegó con un maestro de la tauromaquia, nacido en la capital española; Julián López “El Juli”. Nadie que haya estado hoy en Cañaveralejo podrá dudar del poderío con el que ejecuta el toreo El Juli; pases profundos, limpios, inspirados y a la vez técnicos los que bordó López en sus dos ejemplares, pero destacándolos más en la segunda de sus faenas. El toreo se ve tan fácil en las manos prodigiosas del madrileño que ante tanta dificultad, todos creeríamos que ser una figura del toreo como Julián es algo natural. Una oreja en su primero, de no haber sido por el estoque habría cortado los dos apéndices; sin embargo no se quedó con la espinita y cortó las dos orejas del quinto de la tarde.
Crónica de Carolina Baquero
Fotografías de Jorge Arturo Díaz - Burladerodos.com
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